Envidia

Los nubarrones no dejan de acumularse.

Nos llegan terribles noticias de Irán: una vez más, se ha ejecutado a jóvenes y se han maltratado mujeres. 

Nos llegan terribles noticias del Medio Oriente: Israel está siendo bombardeado con cohetes y Gaza parece el infierno en la tierra. Nos llegan terribles noticias de Ucrania: la guerra parece no tener fin. 

Nos siguen llegando terribles noticias de Sudán:  Una guerra sin sentido sigue haciendo allí estragos, mujeres y niñas son víctimas de una violencia sexual generalizada.

También nos llegan terribles noticias de Venezuela. Maduro defiende su poder como si hubiera ganado las elecciones. Se aferra al poder como lo hizo Fidel Castro y hoy lo hace Díaz-Canel. Y está destruyendo vidas en Venezuela, como Castro y Díaz-Canel han destruido y destruyen vidas en Cuba. Maduro afirma que no entregará el poder político a la oposición venezolana, a la que calificó de oligarquía fascista.
Y Maria Corina Machado, la esperanza del pueblo venezolano, confirma: ¡Nos están dando duro, durísimo! Pero el pueblo venezolano parece decidido esta vez: sigue en la calle y luchando por su voluntad. Están conscientes de las consecuencias. Porque conocen el lenguaje de Maduro. Bandas armadas persiguen a trabajadores electorales y simpatizantes de los ganadores de las elecciones. Muchos han sido asesinados, brutalmente golpeados y secuestrados. Según "infobae.com", el fin de semana circularon por las redes sociales fotos en las que se veían varias casas del distrito "23 de Enero", un barrio popular de Caracas, marcadas con una X, como marcas que hacen los ladrones para robar: las viviendas de opositores y ciudadanos que se han puesto del lado de la verdad. El objetivo es intimidar a la población para impedir nuevas protestas masivas contra el régimen.

Hasta el momento se han contabilizado al menos 24 muertos. Cuántos habrá, no lo sabremos, ya que hace unos días Maduro ordenó el cierre de la red social "X" durante diez días y parece ser que regulará todas las redes sociales porque, según el régimen, en ellas se difunde el "fascismo".

Pero incluso después de días de brutal represión, los esbirros de Maduro y Díaz-Canel (que han llevado a Venezuela su experiencia en materia de represión) no pudieron silenciar al pueblo, no pudieron detenerlo, no pudieron asustarlo...

Los ojos de América Latina miran a Venezuela, los míos con infinita benevolencia, pero no sin envidia.

Nat Neumann, agosto de 2024