La felicidad del abuelo, el dolor de la madre

Según he leído hoy en Internet, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel ha expresado públicamente su alegría personal por el nacimiento de sus nietas Alma y Alis. Describió el acontecimiento como un alivio personal en un momento de grandes dificultades para el país.

Desde que sus hijos Jorge y Nadir fueron injustamente encarcelados por varios años como presos políticos en las mazmorras de Díaz-Canel, su madre ha luchado incansablemente por su liberación. No sólo es lamentable que sus dos hijos hayan sido secuestrados por el Estado y estén detenidos, sino también que a ellos, más recientemente a Jorge, se les niegue regularmente la única alegría posible, el contacto con sus familiares.
Su madre ha denunciado públicamente esta intolerable situación. Hace dos días, anunció que llevaba ocho días sin saber nada de su Jorgito. Desde entonces, nos lo recuerda cada día, hoy: 10 días sin comunicación con mi hijo Jorgito, basta de torturas.

Díaz-Canel se alegra por el nacimiento de sus nietas Alma y Alis. Marta Perdomo llora por sus hijos Jorge y Nadir. Su abuela murió sin volverlos a ver. Las vidas de las hijas e hijos, nietas y nietos cubanos disidentes, como Jorge Martín Perdomo, no valen nada. La alegría de Díaz-Canel por un lado, el sufrimiento innecesario e interminable de tantas madres, padres y abuelos por otro. ¡Qué vergüenza!

Nat Neumann, noviembre de 2024