La historia de Anamely R.
¿Se imaginan querer volver a su país después de un viaje y que no se lo permitan? ¿Se imaginan verse obligados de la noche a la mañana a dejar atrás a todos sus seres queridos, sus efectos personales y su acostumbrada vida? Esto es exactamente lo que le ocurrió a Anamely Ramos. Anamely es artista, historiadora del arte y activista cubana. Enseñó en la prestigiosa Escuela de Arte de La Habana durante más de diez años antes de ser despedida. Es curadora independiente y crítica de arte.
Anamely fue testigo del acuartelamiento policial en noviembre de 2020 en la residencia de Luis Manuel Otero Alcántara, donde tenía su sede el movimiento de artistas de San Isidro. Fue una de las artistas del movimiento, y una de las voces más fuertes contra el poder arbitrario del Estado cubano. Calificó valiente y acertadamente de crímenes de Estado los llamados actos de repudio contra activistas cubanos y describió a la élite política cubana aferrada al poder como una mafia sin ideología, que impide la libertad y el progreso en el país.
En enero de 2021, Anamely viajó a Ciudad de México para continuar su doctorado en curso en la Universidad Iberoamericana. En febrero de 2022 ella, que sólo tiene pasaporte cubano, quiso hacer su viaje de regreso a casa en un vuelo de American Airlines, pero se lo impidieron. Porque el Estado cubano le deniega la entrada en el país.
No hay duda de que Anamely es perseguida políticamente en Cuba. Sin embargo, quiere volver al país. No conozco sus circunstancias familiares en Cuba. En Internet se puede leer que tiene una hija con el destacado rapero y preso político Maykel Osorbo. Anamely quiere volver a su país. No sólo el país donde nació, sino el país donde reside. Allí, donde están las calles que ella conoce, donde se habla su lengua materna y cuyas costumbres y tradiciones son las suyas. Quiere volver sin saber lo que le pueda pasar allí. Podría ser arrestada. Podría convertirse en víctima del injusto sistema de justicia cubano y ser encarcelada por años. Podría ser expulsada formalmente del país. Consciente de todo ello, quiere volver al país. Al país del que hoy en día tantos jóvenes intentan escapar.

Anamely no es un caso aislado. El Estado cubano se deshace de sus críticos no sólo mediante el encarcelamiento injusto y la expulsión del país, sino también mediante el destierro.

Recientemente ha salido a la luz otro caso destacado. Al igual que Anamely, Omara Ruiz Urquiola ha alcanzado una triste notoriedad. Su expresión de decepción nos llegó hace unos meses, cuando intentó facturar en Fort Lauderdale su vuelo a La Habana con la compañía estadounidense Southwest y no se lo permitieron. En lugar de facturar su equipaje, le dijeron que las autoridades de inmigración cubanas no le permitirían entrar en Cuba, por lo que no la dejarían subir al vuelo. La historiadora del arte de 49 años era profesora de la Escuela Superior de Diseño de La Habana y por su disidencia fue despedida en julio de 2019. Defensora de los derechos humanos, fundó en 2019 con investigadores de una universidad colombiana la organización Observatorio de Libertad Académica, para documentar las violaciones de derechos humanos contra estudiantes y profesores universitarios en Cuba desde 1959. A finales de 2020, participó en las protestas del Movimiento de San Isidro.  

Había viajado a Estados Unidos para un tratamiento médico. El 24 de diciembre de 2022 - por cuarta vez - intentaba tomar un vuelo que la llevara a casa, donde la espera su madre, de 75 años. Esta vez llegó a la puerta de embarque, pero no le permitieron subir al avión. Una vez más.

Artículo 13, nº 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Libertad de circulación y emigración: Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Cuba firmó la Carta de Derechos Humanos de la ONU en 1948.
Nat Neumann, enero del 2023