La vida es un ratico
¿Quién no conoce la popular canción de Juanes?
No dejemos que se nos acabe el bien
Todavía hay muchas cosas por hacer
No dejemos que se nos acabe el bien
La vida es un ratico, un ratico nada más
canta Juanes.
Estoy de acuerdo con él. Mirando atrás te das cuenta de cuánta razón tiene. La vida es un ratico. Sólo que ese ratico es más corto para unos, mucho más corto que para otros, y no necesariamente por azares del destino o por casualidades.
Pensemos en las muchas personas que son víctimas de la arbitrariedad y la prepotencia de los poderosos, en todo el mundo. Pero como escribo sobre Cuba, me refiero aquí al ratico de las innumerables vidas cubanas que se hizo aún más corto de lo que ya era, a causa de esa arbitrariedad y prepotencia.
El otro día, un tweet conmemoraba a las víctimas de una masacre en la Loma de San Juan, Santiago de Cuba. Esta masacre fue ordenada e incluso presenciada por Raúl Castro en los primeros días de la revolución. Este episodio, probablemente debido a la euforia de la gente en aquellos días, poco conocido - y que, por cierto, también es un tema en el capítulo "La prima" de mi obra "Un Pedacito de Cielo" - no fue el último de una serie de acontecimientos que podrían calificarse de terrorismo de Estado y que, hasta el día de hoy, hacen de la vida de los cubanos un "ratico" cada vez más corto. Y no sólo por razones políticas, como fue el caso de aquellos 73 hombres en la loma de San Juan. Y como es el caso de las innumerables personas que hasta ayer; hoy; probablemente mañana y seguramente hasta la extinción del sistema castrista, estaban, están y estarán encarceladas, porque hicieron, están haciendo o harán uso de su legítimo derecho a la libertad de expresión.
Porque, como resultado de décadas de mala gestión - que los comunistas llaman economía planificada- , Cuba ha ido cayendo cada vez más bajo desde 1959, y con ella el nivel de vida de los ciudadanos de un país, que en 1953, por ejemplo, tenía una renta per cápita superior a la de España, Italia y Japón. La vida de los cubanos ha sido un "ratico" cada vez más corto desde la toma forzada del poder por los rebeldes en torno a Castro. Los que quieren prolongar su "ratico" se las arreglan para salir del país, a menudo con la incertidumbre de si lo conseguirán. A la carencia permanente de todo lo necesario para que el "ratico" sea lo más largo y agradable posible, se ha unido el fenómeno de la delincuencia desenfrenada. Las calles de Cuba ya no son tan seguras como los anticuados folletos turísticos nos quieren hacer creer. Todos los días se producen robos y asaltos en las calles de la isla con el fin de arrebatar un teléfono móvil o unos pocos billetes. Ya algún turista ha tenido incluso que presenciar justo delante de sus narices, cómo un cubano hambriento le arrebataba del plato el trozo de carne que le acababan de servir (Lo admito, con un daño de esta índole se puede vivir).
La por lo demás “diligente“ policía cubana parece estar sobrecargada con la (injustificada e injusta) vigilancia y represión de opositores y presos políticos y así la delincuencia callejera en Cuba se está convirtiendo en la norma. Parece que muchos no ven salida y renuncian al resto del "ratico" que les toca: El suicidio es una de las diez primeras causas de muerte, con 13 por cada 100.000 habitantes, una de las tasas más altas de América Latina.
Y mientras Juanes confirma:
No dejemos que se nos acabe el bien
Viene tiempos buenos y los malos ya se van,
muchos cubanos ya no lo creen. Piensan que los malos tiempos han llegado a Cuba para quedarse.
Por cierto, Juanes también canta "La camisa negra". ¡Qué apropiado!
Nat Neumann, Mai 2023
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