Le resbala
En los muchísimos años que llevo hablando español, mi lengua materna, sólo he utilizado el verbo "resbalar" en su sentido real. Por ejemplo, cuando me deslizaba por los pasillos lisos como espejos de mi escuela. "Resbalar", según la Real Academia de Lengua Española, significa „desplazarse involuntariamente sobre una superficie lisa o viscosa sin dejar de rozarla, normalmente con alteración del equilibrio“. Creo que ni siquiera lo he utilizado en sentido figurado: "Cometer un error". Pero ciertamente nunca lo he usado en el mismo sentido figurado -algo vulgar, por cierto- en que el presidente no electo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, utilizó la frase al comentar las declaraciones de la Casa Blanca y de la Embajada de EE.UU. en La Habana sobre las elecciones antidemocráticas celebradas en Cuba el 26 de marzo de este año.
"Siempre tienen una narrativa hostil hacia Cuba, no podemos esperar otra cosa, y no vivimos a la sombra de esa narrativa (...)
(...) "Nos resbalan las opiniones irrespetuosas del gobierno de EE.UU.", es decir: No le importan.
Hablando de resbalar, deslizarse, narrativa ... La dicción del no elegido o antidemocráticamente elegido Díaz-Canel no es un desliz. Sus comentarios son regularmente bochornosas meteduras de pata, sobre todo cuando se percibe que representa a ese atribulado país. Fidel Castro entusiasmaba a las masas con su retórica. Envolvió a millones de personas en su dedo meñique, a generaciones que habían creído en él, sólo para que al final del día se dieran cuenta: Hemos perdido años de nuestras vidas -algunas la vida misma- por un sistema sin perspectivas, que  solo nos llevó a un callejón sin salida; todo ha sido en vano; no nos ha aportado nada. Pero tenemos que admitirlo: con su retórica y carisma Castro cambió el país, muchos pensaban que para mejor, hoy muchos lo saben, para peor.
Pero con el fallecimiento de Fidel Castro, los cubanos no agarraron la  oportunidad de construir un país donde merezca la pena vivir. El designado Díaz-Canel no es una alternativa. Con él, los cubanos han pasado de la sartén al fuego. A sus acciones antidemocráticas -que también eran propias de Castro-, así como a su falta de respeto y empatía hacia los que piensan diferente - Especialidad de Castro -, se han unido su ego  sin carisma, su figura repulsiva y su forma ordinaria de expresarse ocasionalmente. Mirando hacia la situación desolada del país algunas voces populares, en su despiste y ciego conformismo, afirman: Esto no hubiera pasado con Fidel...  Mas ahora sabemos que bajo Fidel Castro ocurrieron muchas cosas de las que no teníamos ni idea. Las nuevas tecnologías y las redes sociales probablemente llegaron demasiado tarde, pero a tiempo para mirar detrás de la cortina de Díaz-Canel.
Pero, le resbala.
Parece que a Díaz-Canel no sólo le resbala la opinión de los norteamericanos, sino también que le resbala que día por día muchos cubanos  sobreviven más que viven; que cubanos mueren por falta de atención sanitaria; que cubanos prefieren morir en su esfuerzo por salir del país que quedarse en el país que los vio nacer, que Cuba es uno de los países más pobres -incluso en perspectiva-; que el poder judicial en Cuba no es independiente; que la suya es una policía abusiva; que en Cuba no valen los derechos humanos universales; que en Cuba hay presos políticos; que su política ha destruido familias; que su represión ha separado a niños de sus madres y padres simplemente porque piensan diferente o porque han expresado sus opiniones.
Como afirmé en mi libro Un pedacito de cielo: "El nuevo autócrata cubano escribió sin reparos que había tantos héroes en Cuba como malnacidos, accidentalmente nacidos en Cuba. Su término despectivo iba dirigido a las figuras de la Oposición y a los disidentes (…)“
Sí, lo sé, le resbala. Le resbala la dignidad humana.
Parece que no lo sabe: Lo cortés no quita lo valiente.

Nat Neumann, April 2023