Los zapaticos de rosa
Así de desgastado luce hoy mi primer libro, el libro con el que aprendí a leer hace 57 años, después de haber aprendido de memoria el poema de José Martí Los zapaticos de rosa. Todavía se pueden ver las marcas (pequeñas cruces) con las que marcaba las secciones que ya había aprendido. José Martí nos acompaña a los cubanos desde la infancia. El gobierno socialista se apropió de él como precursor de la revolución castrista. De hecho, Martí advirtió del dominio de Estados Unidos sobre América Latina. Hizo campaña no sólo por la independencia de Cuba, sino también por justicia social y por la unidad de los Estados latinoamericanos, por lo que se le entendió como socialista. Pero precisamente porque defendió la justicia social, porque vivió en carne propia la crueldad del exilio, porque también experimentó la consecuencia de sus acciones como luchador contra la injusticia, en la Cuba llamada socialista sería un disidente. Se habría convertido en uno a más tardar si hubiera experimentado la situación de los derechos humanos en nuestra patria, de eso estoy convencida.
José Martí nació en La Habana en 1853. Junto con Rubén Darío, procedente de Nicaragua, fue cofundador del movimiento literario latinoamericano Modernismo. Sin duda, creció en un hogar con influencias españolas -sus padres habían emigrado de España a la colonia Cuba- y simpatizó pronto con el movimiento de resistencia cubano contra el dominio colonial español. Debido a su abierto patriotismo, fue condenado a trabajos forzados en 1871 y deportado a España. Tras regresar a Cuba en 1878, fue enviado al exilio de nuevo poco después, esta vez a México. Posteriormente vivió en Guatemala antes de trasladarse a Nueva York en 1881, donde continuó su labor política. Desde el exilio, Martí también organizó la lucha militar contra el poder colonial, fundó el Partido Revolucionario Cubano e influyó en los líderes de la guerra de diez años iniciada en 1868, Máximo Gómez y Antonio Maceo, para retomar la lucha contra España. Para participar en la guerra de independencia contra España, regresó a Cuba en 1895 y murió en los combates de Dos Ríos el 19 de mayo de ese año.
En cualquier caso, José Martí fue un poeta excepcional. Versos de su colección de poesía "Versos sencillos" fueron adaptados como letra de la conocida canción "Guantanamera". Versos como Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar… dan testimonio de su espíritu humanista y compasivo.
Su poema Los zapaticos de rosa es para mí el más bello de todos. ¡Léelo tú! Los zapaticos de rosa
Nat Neumann, octubre del 2022
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