Quién no conoce la verdad
Podría haber escrito mi post de hoy bajo el título "El silencio de la izquierda". Pero, como escribí en el post con ese título, la izquierda no está realmente callada, al menos no sobre el tema Cuba. Y puesto que sus declaraciones, que nos vemos obligados a escuchar, tergiversan la realidad de Cuba, sería mejor que guardaran silencio.
El sábado pasado, la embajada de Cuba en Berlín celebró un acto público para conmemorar el "26 de julio". Bueno para ellos. Bueno para ellos por poder proclamar lo que creen en voz alta y en público sin peligro. ¿Creen realmente en lo que propagan? ¿O son víctimas de un oportunismo crónico? Cuestionar esto de cerca merecería un post.
En cualquier caso, allí estaba Sevim Dağdelen, representante de la izquierda, no sólo de la corriente política, sino también del partido alemán "Die Linke", a cuya ala izquierda pertenece. La posición de la señora Dağdelen se explica por sí misma: a la izquierda del centro del ya de por sí partido de izquierda "Die Linke". Hasta ahora no me había interesado por esta señora. Había leído sobre su ataque verbal a su colega política Katrin Göring-Eckardt cuando hace unos años citó a Bertolt Brecht. La escuché entonces con más atención cuando se habló de ella como confidente de la mucho más conocida Sara Wagenknecht, como una de las pocas que rechazó las críticas al presidente ruso en relación con el conflicto Rusia-Ucrania. Rechazó las sanciones contra Rusia y se puso de facto del lado de Putin. Igual que el jefe de Estado no electo de Cuba, Díaz-Canel.
Para escribir estas líneas, he leído entre otras cosas sobre ella: estudió Derecho sin licenciarse; es diputada del Bundestag desde 2005; es vicepresidenta del grupo parlamentario "Die Linke" en el Bundestag; es portavoz de relaciones internacionales y miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores. Sus declaraciones están marcadas por un antiamericanismo inmoderado. Y la señora Dağdelen fue condenada a una multa por "incitación pública a cometer un delito" en abril de 2013. Dicen que es miembro del sindicato "Verdi" y de la asociación "Rote Hilfe e.V.", que apoya a perseguidos políticos del espectro de la izquierda. Nacida en Duisburgo, Alemania, es miembro fundador de la "Asociación Federal de Mujeres Migrantes". Y dicen que es una de las primeras firmantes del llamamiento fundacional de la corriente interna de "Izquierda Anticapitalista", próxima a su ala de su partido. También es periodista, no profesional pero activa.
Su participación en el "acto de solidaridad" con el gobierno de Cuba me hizo preguntarme una vez más por el doble lenguaje de una política de izquierdas. La Sra. Dağdelen representa a su partido como una política profesional gracias a las condiciones democráticas en las que vive, por lo que puede ser elegida y articular su pensamiento político en voz alta. Y así, como en el caso del representante de la izquierda española, Manuel Pineda, me pregunto: ¿se ha planteado alguna vez cómo sería vivir en un país sin elecciones democráticas? ¿En un país donde no se le permitiera expresar sus ideas políticas? Para la Sra. Dağdelen, significaría que no podría hacer política, por ejemplo, si el conservador CDU o "Los Verdes", o incluso el partido derechista AfD, gobernaran Alemania durante décadas e indefinidamente. ¿Qué haría hoy la señora Dağdelen si tuviéramos un sistema de partido único en Alemania? ¿Qué habría sido de la señora Dağdelen si entonces hubiera salido a la calle como los muchos jóvenes que en Cuba lo hicieron clamando libertad? Entonces, como muchos de ellos, sería una presa política.
Leo que la Sra. Dağdelen lucha por los derechos de otros: El gobierno alemán debe ponerse en pie de una vez por la liberación de Julian Assange; Es una vergüenza de Occidente que el periodista y fundador de Wikileaks Assange tenga que pasar su quinto cumpleaños consecutivo en la prisión de alta seguridad de Belmarsch, el Guantánamo británico ... Una acusación al Gobierno alemán, que permanece en silencio ante este grave ataque a la libertad de prensa por parte de los socios de la OTAN EE.UU. y Gran Bretaña, en lugar de pronunciarse a favor de la libertad de Assange; y Julian Assange parece ser enterrado vivo de forma bastante obvia.
En el "Berliner Zeitung" escribió un artículo como invitada sobre las posibilidades de reelección de Erdogan: Hace falta un giro de 180 grados en la política de Turquía.
También se pronunció así una vez: Atacar la libertad artística es una auténtica locura..., o posó con el cartel: "El periodismo no es un crimen". Dağdelen es crítica con el presidente turco Erdogan, jefe de Estado elegido democráticamente en el país de origen de sus padres (igual que yo lo soy con el gobierno de mi país natal). Como crítica con el gobierno turco, hizo campaña por la libertad del periodista y publicista germano-turco Denis Yücel y contra las sentencias contra activistas de derechos humanos: Las sentencias contra Yücel, pero también contra Peter Steudtner y otros activistas de derechos humanos, muestran en su incoherencia que Turquía no es un Estado constitucional. Son justicia arbitraria, son sentencias políticas.
Como ya he dicho, la Sra. Dağdele asistió a dicha ceremonia organizada por la Embajada de Cuba. Como miembro del "Bundestag" y alta representante del partido "Die Linke", era sin duda una especie de invitada célebre. Y como tal utilizó su voz para hacer propaganda a favor del régimen totalitario de Díaz-Canel. Y esto es exactamente lo que quiero decir con duplicidad: ¿cómo puede la Sra. Dağdelen hacer campaña por la libertad de Assange cuando muestra solidaridad con el régimen cubano que mantiene a tantos "Assanges" en prisión por razones políticas? ¿Prisión de alta seguridad? Los activistas cubanos pueden decirle una o dos cosas sobre eso. ¿Cumpleaños en prisión? Presos políticos en Cuba han pasado y pasarán innumerables cumpleaños rodeados de sus compañeros de celda. ¿Ataque a la libertad de prensa? La libertad de prensa es desconocida para los cubanos nacidos después de la toma armada del poder por Fidel Castro, y el propio Castro no ocultó que estranguló la libertad de prensa (como hizo con tantas cosas). ¿Entierran vivo a Julian Assange? ¿No ha oído hablar de José Daniel Ferrer, señora Dağdelen? ¿Y de Aymara Nieto? ¿Y de Lázaro Yuri Valle Roca? Por cierto, lo de "el periodismo no es delito" también se aplica a él.
Entonces, ¿por qué Julian Assange sí y los presos políticos cubanos no? ¿Por qué democracia para Turquía y no para Cuba? ¿Por qué con el legítimamente elegido Erdogan sí y con Díaz-Canel, que no fue elegido por el pueblo cubano, no? ¿Turquía no es un estado de derecho?: ¿Y Cuba sí? La justicia arbitraria y las sentencias políticas en Turquía son inaceptables, ¿y en Cuba? El sistema cubano de injusticia no puede llamarse justicia. ¿Ha oído hablar de Luis Manuel Otero Alcántara y de Maykel Castillo, Sra. Dağdelen? Desde luego que no: son artistas cubanos encarcelados inocentemente, al régimen cubano no le gusta su arte. Fueron condenados a largas penas de prisión por su arte político. Por cierto, nada nuevo desde 1959. 1959, el año de la toma armada del poder por Castro. Para decirlo con sus propias palabras, Sra. Dağdelen: "Atacar la libertad artística es una auténtica locura", también para los artistas cubanos.
Y mientras más de mil personas, entre ellas menores de edad, son obligadas a permanecer en las cárceles cubanas por pensar diferente a lo prescrito, los admiradores del no electo Díaz-Canel disfrutaban del sol de Berlín: los ancianos amigos de la represiva policía cubana; los viejos partidarios de la injusta justicia cubana, que aquí pueden contar con una justicia justa si así lo necesitan; los no demócratas que viven en democracia con las panzas llenas, con salchichas y cerveza. Así es fácil gritar "Patria o Muerte“. Patria para ellos, Muerte para el pueblo cubano. Entonces, ¿por qué la Sra. Dağdelen y sus amigos cubanos aquí sí, y los disidentes en Cuba no? Lamentablemente, no dispongo del texto de su discurso, que sin duda fue muy aplaudido. Sólo he visto fotos de una Sra. Dağdelen hablando, bajo el titular "Diputada alemana expresa su apoyo a Cuba en fiesta de solidaridad“. Sin embargo, puedo adivinar lo que su público quería oír y lo que dijo allí. Desde luego, no se trataba de solidaridad con el pueblo cubano, ni con los oprimidos, ni con los disidentes, ni con los presos políticos, sino con el Gobierno y su entorno. Desde luego, no fue un discurso para los cubanos de Cuba. La Sra. Dağdelen ciertamente no utilizó su voz para promover los derechos humanos en Cuba.
No soy una de esas personas ingenuas que creen en lo bueno del ser humano. Demasiadas desgracias ocurren por manos humanas y en nombre de la humanidad para eso. Con tanta discrepancia, imputo a la Sra. Sra. Dağdelen, en su haber, que no sabe lo que realmente pasa (y pasó) en Cuba. Como tantos, tal vez se ha quedado atrapada en la idealización de la revolución cubana, en la versión del gobierno cubano, en la desinformación. Tal vez ella también sea víctima de su ideología, como muchos, incluida yo, lo fuimos. Pero señora Dağdelen, hace tiempo que vivimos nuevos tiempos y la verdad hace tiempo que salió a la luz. Ahora ya la conocemos. Si aún no está al tanto, lea los informes de "Amnistía Internacional“, de "Prisoners Defenders“ y de otras organizaciones independientes de derechos humanos; conozca las experiencias de las "Damas de Blanco“, de los manifestantes del 11 de julio de 2021, de los presos políticos y de sus familiares. Averigüe cómo trata la policía cubana a sus ciudadanos. Deja que le cuenten qué le pasaría si expresara su opinión en Cuba y ella no le conviniera al represor en uniforme. Lea sobre la revolución cubana y escuche las declaraciones de Fidel Castro y Ernesto Guevara en los primeros años de la revolución; lea sobre quién era realmente Ernesto Guevara, conocido como el Che, puede encontrarlo buscando la denominación "Carnicero de La Cabaña"; averigüe cómo funcionan las llamadas elecciones en Cuba. Lea la constitución cubana, que establece únicamente el dominio del partido comunista sobre el pueblo cubano, por los siglos de los siglos; infórmese sobre cómo habría sido un juicio contra usted por "instigación pública a delinquir" en Cuba y a qué pena de cárcel la habrían condenado. Si usted hubiera filmado con la cámara de su teléfono móvil las protestas callejeras del 11 de julio de 2021 en Cuba, probablemente habría sido condenada a 25 años, como el germano-cubano Luis Frómeta Compte. Pregunte. Infórmese sobre la Cuba real. Y haga todo esto sin dejar que su ideología le nuble la mente.
Le daré un consejo más, señora Dağdelen. Este lo traigo de mis días de infancia. Una de mis maestras nos recomendaba que cuando nos costara pensar o admitir algo en público, se lo confiáramos por la noche, en la cama, a la almohada. Así que, señora Dağdelen, hable con su almohada si es necesario, discuta con ella si tiene que hacerlo. Sea sincera con ella -y consigo misma- y entonces puede que llegue a la conclusión correcta. Si no lo consigue, o si no puede saltar por encima de su sombra, entonces será mejor que se calle. Ya conoce las palabras de Bertolt Brecht: "Quien no conoce la verdad no es más que un tonto. Pero quien la conoce y la llama mentira, ¡es un criminal!“
Nat Neumann, agosto de 2023
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